¿Cómo se hace?
¿Cómo se hace?
Cuando llega la Plantà, las fallas ya están listas en los talleres de los artistas. Las esculturas hechas de madera, cartón, corcho, así como cartón piedra se construyen y se pintan semanas antes.
Sin embargo, para transportarlas al lugar seleccionado del vecindario, se tienen que desmontar (especialmente en el caso de las fallas más grandes), llevarlas en grandes camiones y volverse a montar en el sitio.
Grúas
Cuando se trata de las fallas más grandes, normalmente las fallas mayores, los falleros necesitan grúas para construirlas pieza a pieza. Es habitual que empiecen por la parte central (la más grande y la principal) y las bases laterales. Tras esto, se añaden los diferentes ninots (las figuras más pequeñas) que decoran la escultura.
Estos ninots, de menor peso, normalmente se aseguran y se clavan con palos de madera. Otras decoraciones como las señales que explican la falla al público también se colocan al final.
Una vez que la mayor parte del trabajo está hecho, es el momento de los retoques finales. Los diferentes falleros revisan si la pintura se ha estropeado y si es necesario la retocan, así como añaden los adornos definitivos.
Al Tombe
Hay otra manera de colocar las fallas que no involucra grúas, pero solo se puede hacer con las fallas más pequeñas, como son las fallas infantiles. A esta técnica se le llama plantà al tombe.
Tras sacar la falla del camión, se pone en el suelo acostada. Desde ahí, varios falleros harán palanca desde uno de los dos lados y sostendrán la escultura levantada. Esto se hace sin utilizar ninguna máquina, únicamente con la fuerza de las personas y la ayuda de cuerdas en el caso de las esculturas más grandes.
Medidas de seguridad
Siempre hay medidas de seguridad que se tienen que respetar, independientemente del tamaño.
En primer lugar, se prepara el lugar donde se va a colocar la falla. Esto significa que se pone arena en el suelo para que la acera o el asfalto no se dañen cuando se queme la falla en la Cremà. A pesar de las precauciones, no es raro que el asfalto se derrita por el calor de las hogueras.
Debido al tamaño de las esculturas, que pueden alcanzar los 20 metros de altura, el siguiente paso es asegurarse de que las fallas no se derrumbarán por su propio peso o por el viento. Esto se consigue al utilizar sacos de arena y bloques de cemento (en la mayoría de los casos), o incluso bases de cemento (solo en casos excepcionales).