Hay dos teorías principales sobre el origen del festival de las Fallas. Una tiene que ver con las raíces paganas de las fiestas y otra que hace referencia a los orígenes cristianos. Una tercera teoría combina a las otras dos y argumenta que ambas están más relacionadas de lo que podría parecer.

El día de los carpinteros

Una teoría coloca los orígenes del festival en la celebración del santo patrón de los carpinteros, San José. La tradición dicta que, durante los meses de invierno y otoño, los carpinteros valencianos solían iluminar sus talleres con parots, los cuales son una especie de candelabro apoyados en un palo de madera.

Después, en primavera, cuando llegaba el día de San José, los carpinteros sacaban sus parots a la calle junto con otros trozos de madera. Como los días eran más largos, ya no necesitaban más luz y podían quemar sus parots para celebrar a su santo patrón.

Con el tiempo, las hogueras crecieron en tamaño y sofisticación, hasta el punto en el que se les comenzó a dar apariencias humanas. Esto hizo que estás hogueras fueran aprovechadas para burlarse de figuras políticas o públicas poco queridas.

El equinoccio de primavera

La otra teoría está relacionada con las celebraciones estacionales que solían llevarse a cabo en los equinoccios y solsticios. Según esta teoría, las Fallas son un descendiente directo de las celebraciones del equinoccio de primavera que se llevaban a cabo en la región desde tiempos antiguos. Era entonces que, justo después de la entrada de la primavera, la gente celebraba el cambio de estación con hogueras y ceremonias.

En este caso, las instituciones católicas habrían adoptado este ritual como parte de sus propias tradiciones para celebrar a San José. Esto tiene sentido si se considera que el último día de las Fallas, como bien es sabido, ocurre en el día de San José y básicamente también en el día del equinoccio de primavera.