Curiosidades
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¿Qué sabes de los antiguos orígenes del festival y su nombre? En esta sección descubrirás los detalles más importantes y útiles de las Fallas.
Los orígenes del festival
Existen dos teorías principales sobre el origen de las Fallas y ambas están directamente relacionadas con la Cremà, el evento de la quema de las esculturas.
La primera es común en otras festividades del mundo cristiano. De acuerdo a esta teoría, se pueden trazar los orígenes de las Fallas a la época en que se llevaban a cabo rituales en los cambios de estación (de invierno a primavera, de primavera a verano, etc…).
La Iglesia católica, incapaz de eliminar –o quizá astutamente renombrando– el ritual, lo adoptó como una celebración relacionada con San José. Este día, casualmente, es el mismo del equinoccio de primavera.
Otra teoría ve el ritual como un descendiente directo de la celebración del santo patrón de los carpinteros (San José). Se dice que durante el invierno y el otoño, los carpinteros valencianos iluminaban sus talleres con parots, un tipo de candelabro sostenido en un palo de madera.
Cuando el fin del invierno se acercaba y los días se alargaban, los carpinteros quemaban sus parots y otras piezas de madera en la calle para celebrar que la primavera se acercaba, precisamente en el día de San José.
Con el tiempo, las hogueras crecieron en tamaño y se volvieron más elaboradas, hasta el punto en el que comenzaron a adoptar figuras humanas que se usaban para burlarse de personajes desagradables o poco queridos por la gente.
Los orígenes del nombre
La palabra “fallas” viene del latín facula, que significa antorcha. Este era el término utilizado para las antorchas colocadas en lo alto de las torres de vigilancia o aquellas utilizadas para iluminar habitaciones.
En el siglo XVI, la palabra “falla” comenzó a ser utilizada para referirse a una hoguera colocada en el centro de un grupo de gente, por ejemplo, durante celebraciones y festivales.
Así, en Valencia el término comenzó a perder su significado original y se usó casi exclusivamente para referirse a la festividad en la que piezas de madera eran quemadas en días predeterminados.
Calendarios y horarios poco confiables
Cada año se anuncia un calendario oficial para el festival. En el caso de algunos días con muchos eventos programados (especialmente en la última semana de las celebraciones), también se anuncian horarios exactos para su realización.
El calendario oficial siempre se respeta (salvo excepciones por emergencias o causas de fuerza mayor), por lo que los eventos suceden en el día en el que fueron programados. Sin embargo, no sucede lo mismo con los horarios.
Los eventos recurrentes, como las mascletàs y la despertà se llevan a cabo en los horarios establecidos. Otros eventos, como aquellos que requieren de supervisión y coordinación especial normalmente no respetan los horarios establecidos. Un ejemplo de esto es la Cremà que requiere la presencia de bomberos y otro personal especializado para garantizar la seguridad del acto.