Curiosidades
Curiosidades
Ahora que sabes más sobre la historia del Foro y sus principales monumentos y edificios, aquí tienes una lista de curiosidades. Descubre, por ejemplo, el origen del nombre del Foro Romano, por qué ahí se celebraba cada año una fiesta popular y qué macabros espectáculos se realizaban en el lugar.
El origen del nombre
Originalmente, la palabra “forum” designaba un vestíbulo de una tumba o el espacio alrededor de una casa. Posteriormente, la palabra se comenzó a utilizar para indicar el centro político, religioso, comercial, administrativo y cultural de la ciudad.
Sin embargo, según hipótesis secundarias, el origen de “foro” deriva de la palabra latina “fero”, sinónimo de “porto”, del verbo “portare”, en alusión a la función inicial del sitio arqueológico donde se “portaban” mercancías para ser comercializadas.
La leyenda que une a Rómulo y el Lapis Niger
El escritor Plinio el Viejo cuenta que tres árboles sagrados (una higuera, una vid y un olivo) dominaban la plaza en el centro del Foro Romano. La leyenda dice que fue ahí donde, según la mitología romana, una loba amamantó a Rómulo, fundador de Roma y primer rey, junto a su gemelo Remo.
Hoy en día esos árboles han sido replantados para conmemorar la memoria de esta leyenda en el lugar más antiguo del foro: el santuario Lapis Niger.
Como se mencionó anteriormente, los romanos de épocas más tardías creían que en este santuario había muerto y había sido enterrado Rómulo. Por eso, podemos especular que la inscripción latina en piedra estaba destinada a maldecir a los profanadores y a proteger la tumba del rey que le dio nombre a la Ciudad Eterna.
Los Saturnales, celebraciones en el Foro Romano
La Saturnalia era una fiesta pagana romana. Se celebró por primera vez el 17 de diciembre de 497 a.C., durante la inauguración del Templo de Saturno (el dios romano de la agricultura). Los rituales de las fiestas eran algo parecido a lo que hoy conocemos como Navidad y Carnaval.
Durante la fiesta se organizaba un gran banquete público y la gente cantaba, festejaba, comía y apostaba. También se hacían regalos, como velas, muñecas y máscaras. En el templo de Saturno, donde se encontraba una estatua de marfil del dios, se ataba una cuerda alrededor de los pies durante todo el año, que se aflojaba durante la celebración para que el dios pudiera unirse al gran banquete.
Otro ritual notable es que durante el banquete se invertían los papeles de los esclavos y sus amos. Los esclavos podían disfrazarse y eran atendidos por sus amos. El orden social se olvidaba por un momento y los esclavos podían considerarse temporalmente libres.
Originalmente, la fiesta duraba un día, pero poco a poco se amplió a siete días (del 17 al 23 de diciembre).
Las vírgenes vestales, residentes del Foro Romano
Como se mencionó en la sección sobre el Templo de Vesta, las Vírgenes Vestales eran sacerdotisas que participaban en el culto a la diosa Vesta. Junto con el emperador, tenían acceso exclusivo al templo de Vesta, situado en el Foro Romano.
Ellas eran las responsables de mantener el fuego sagrado encendido, que nunca se podía apagar. Además, se encargaban de recoger el agua del manantial sagrado de la ninfa Egeria, que se utilizaba para la limpieza del templo.
Las sacerdotisas vivían en la Casa de las Vírgenes Vestales y participaban activamente en la vida de la capital y llevaban una vida cómoda, gracias a donaciones y legados privados. También ayudaban a los pobres y a los débiles, y eran capaces de perdonar a los condenados. Se dice que la primera vestal fue la madre de Rómulo y Remo.
Las seis vírgenes fueron elegidas por el Papa Máximo entre un grupo de veinte niñas de entre seis y diez años. Originalmente debían proceder de familias nobles. Asimismo, las sacerdotisas debían hacer un voto de castidad y sólo podían abandonar el culto después de 30 años. Si no se cumplía el voto, serían enterradas vivas y su seductor sería azotado hasta la muerte.
El Foro Romano y sus macabras exposiciones
La Rostra, zona de tribunas parte del Comitium, era un lugar donde se pronunciaban importantes discursos y sentencias de oradores y magistrados. Sin embargo, este lugar tenía otra función, que puede parecer macabra, pero que en esa época era totalmente normal: exhibir cuerpos mutilados de enemigos y rivales políticos.
Esta práctica servía como advertencia a los que querían antagonizar a los romanos en el poder. También era una forma efectiva de propaganda y de demostración de fuerza política.
Un perfecto ejemplo de este fenómeno es el de la lucha de poder entre Cicerón y Marco Antonio. Al perder, Cicerón se llevó la peor parte: su cabeza y sus manos fueron expuestas públicamente en el Foro.