La iglesia de San Nicolás y San Pedro Mártir es probablemente el mejor ejemplo de coexistencia entre una estructura gótica del siglo XV con la decoración barroca del siglo XVII.

La estructura

La iglesia tiene una sola nave con seis tramos y cinco capillas laterales a cada lado entre los contrafuertes (estructuras que sobresalen de un muro y que le sirven como soporte).

La iglesia de San Nicolás tiene seis contrafuertes en cada lado, pero los dos del centro (uno por lado) están ocupados por las puertas de entrada laterales. A los pies del edificio, en el extremo occidental, hay otras dos capillas y una puerta más de entrada.

La iglesia cuenta con un presbiterio poligonal orientado al este, la nave queda cubierta por una bóveda de crucería simple que mide 41 m de largo y 13 m de ancho. Detrás de la capilla principal se encuentra la sala del tabernáculo (sagrario donde se guarda el pan que ha sido consagrado en la eucaristía).

El estilo

El aspecto más destacado de la iglesia es la unión de elementos góticos y barrocos. La mayor parte de los elementos góticos que podemos apreciar son los que conforman la estructura del edificio, más notables desde el exterior del recinto, mientras que en el interior, quedan de manifiesto en las ventanas con arcos apuntados y vidrieras policromadas.

En el mismo estilo gótico, desde el exterior podemos identificar el portal, formado por arcos apuntados y rematado por un arco conopial (un tipo de arco apuntado con una escotadura en la clave). Las arquivoltas abocinadas (puerta ensanchada en forma de bocina o trompeta) descansan sobre esbeltas columnas sin decoración.

Bajo el vértice del arco conopial hay un curioso relieve, con un plato de carne, que alude a una historia grotesca sobre uno de los milagros de San Nicolás. Encima de todo esto, hay un rosetón gótico, hecho a semejanza de la estrella de David (conocida de igual manera como sello de Salomón), este elemento también lo encontramos en la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia.

La mayoría de los elementos de la decoración barroca se encuentran en el interior del recinto, la adaptación de estilo fue realizada a finales del siglo XVII. Las representaciones de pasajes religiosos son típicas del barroco, destacan por su alto nivel de dramatismo, colores ricos y profundos, luces intensas y sombras oscuras, tal y como podemos apreciar en los en los frescos de la iglesia de San Nicolás,

Las figuras representadas destacan por su majestuosidad y su alto grado de detalle, que resultan avasallantes ante los ojos del espectador. Otros elementos barrocos que podemos apreciar se encuentran en los retablos, tallados en madera con acabados dorados y que cuentan con una decoración realizada de manera minuciosa.